Frida Kahlo, la mexicana más conocida de todas, he escuchado demasiadas criticas acerca de su arte, su físico y su vida personal, que muchas veces difiero con ellos.
Desde que yo tenía la edad de 4 ó 5 años mi mamá me hablaba de ella y me ponía películas, desde ese entonces me empecé a interesar con su arte y su vida. Es ahora en mi madurez en donde logro no sólo admirarla sino entender su carácter y el porqué de sus pinturas tan realistas.
Las personas que gustan de ella (las que he conocido) no saben nada prácticamente de la vida de esta y se dicen ser fieles admiradores, otros simplemente se burlan de ella con tono un tanto malinchista, no sólo denigrando a ella, sino a la cultura de México.
Bien sabemos que Frida no era una persona muy bella, pero personalmente no se me hacía fea, se burlan de sus pobladas cejas, de su vello facial, su vestimenta tehuana, en general de su folclor. A pesar de ser hija de un húngaro alemán y madre nacida en México hija de españoles, amaba este país como si en su cuerpo corriera sangre mexica.
Si bien sus pinturas no son las más hermosas, pero algo que tienen en particular es que en cada pigmento, en cada pincelada, en cada lienzo se encuentra su vida, sus dolencias, sus emociones.
Si han visto sus pinturas en vivo podrán sentir la emoción y pensar “ella pintó esto, ella dio estas sombras y luces, y tengo la fortuna de poder ver detalladamente cada una de sus pinceladas”
