Y fue la vez en que tu sonrisa, tu aroma, tu voz y tus manos, no me hicieron caer, todo se basaba en la manera en que me sonreías, inmediatamente yo accedía a que te quedaras junto a mí un poco más de tiempo, eso era cuando todavía me pertenecías, siempre he dicho que prefería no estar contigo si tenía que dañar mi propio ego, mi propio respeto, ese lado “culero” ganaba a pesar de lo que yo siento o sentía por ti, y me queda más que reafirmado que es así, el ver la lluvia me recuerda a ti y me hace dudar de mi PERFECTA decisión, es que cuando aprenderás a que conmigo no se puedo jugar?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario